viernes, 10 de mayo de 2013

Movimiento Movido

Desde que tengo memoria he sido una persona inquieta, no hiperactivo, pero siempre me gusta estar haciendo algo productivo. No me gusta estar sentado sin hacer nada bueno por mi o por alguien a no ser que esté muy cansado. Es por esta razón que la clase que describiré ahora me pareció demasiado entretenida y dinámica, algo que nunca había experimentado ni en mis mejores tiempos de niño y juegos.

Como la mayoría de las clases de Estrategias, se desarrolló en el auditorio Brígida Flores el día 16 de Mayo a las 14.30 horas luego de haber comido un rico almuerzo en el casino (me gusta mucho contextualizar las cosas, le da cierto sentido a lo que estoy narrando, ¿o cree que no?). La profesora nos había pedido ir con ropa holgada, ligera y que fuese posible mancharla un poco, nos había advertido que nos íbamos a tirar al suelo y a cansar un poco. Yo, como buen muchacho distraído de dieciocho años, se me olvidó y andaba con mis clásicos jeans y mi polera común y corriente. Esto no me imposibilitó de trabajar con todas las ganas necesarias para llevar a cabo la actividad de forma correcta y, mancharme y ensuciarme como todos mis compañeros.

Lo que más me gustó de esta clase fue que nos permitió establecer lazos, aunque efímeros y pequeños, con compañeros con los que uno no suele compatibilizar. Digo esto porque una de las actividades que nos pidió que hiciéramos fue caminar en cualquier dirección y saludarnos, unos con otros, mirándonos a los ojos e intentando transmitir con el saludo energía y buena vibra. Con esto yo creo que la profesora nos quiso motivar a intentar siempre enseñar buena vibra a la gente a la que saludamos, sin distinguir entre conocidos, amigos, desconocidos, etc.

Estas clases móviles me llamaron mucho la atención, ya que si bien nos obliga a mantenernos como sujetos activos físicamente y mentalmente durante 2 horas, a la larga nos relaja. Recuerdo haber llegado ese día y sentirme pleno, tranquilo, relajado a pesar de que podría tener exámenes o certámenes la misma semana o la siguiente.

Ese es el objetivo, en general, de esta clase, el permitirnos recrearnos y hacernos pasar momentos agradables que mejoren nuestra intercomunicación con los demás pero también hacernos reflexionar y mitigar la intra-comunicación interna de nosotros mismos.

Ahora que reflexiono acerca de mis textos me empiezo a dar cuenta que soy bastante enredado para querer expresar mis emociones e ideas, tengo que practicar en eso. Pero haciendo una retroalimentación de todo lo que llevamos hasta ahora se evidencia ante mis ojos y es clarificante la información de que he avanzado bastante en mi ortografía y redacción. Por esta razón me nace dar las gracias a los profesores Erna Navarrete y Félix Pérez por la oportunidad de poder mejorarnos a nosotros mismos, darnos cuenta de nuestros errores y mejorarlos; y mostrarnos nuestras virtudes para potenciarlas de forma magnífica.




Quedan pocas clases por describir, me comienzo a sentir nostálgico.

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