sábado, 18 de mayo de 2013

Baile, máscaras y música.

Vuelvo a venir a esta clase, ya acostumbrado a las sorpresas y a las bonitas experiencias que he podido experimentar en este auditorio. Esta vez, miro a mi alrededor y ya no veo como desconocidos a mis compañeros, sino que más bien los observo como una relación ya establecida de “amigos” o “casi amigos”. Entonces, me pongo a pensar que estas son las caras que seguiré observando (espero) durante 4 años y medio más. Me estremece y me siento vulnerable a conformar lazos de cariño que después cueste dejar. Esta clase me mostró que cada vez somos menos racionales y más impulsivos y sentimentales. Por tanto, a la larga, nos va a traer unión y perfeccionamiento grupal a todos los Terapeutas Ocupacionales de esta generación 2013.



En esta especial clase debíamos venir nuevamente con ropa holgada, adivinemos si fui con ropa holgada… No necesitamos pistas para saber que se me olvidó. La profesora nos colocó en un círculo y, al compás de una música muy movida, empezamos a imitar sus pasos y movimientos de brazos y piernas; era bastante entretenido, sobre todo para alguien que se hiperventila de la manera en que lo hago yo (siendo sinceros, no era el único hiperventilado, solo era el que más lo demostraba).

Plantaba la vista en mis compañeros y parecían estar pasándolo muy bien. Que gracioso es cuando, en un ambiente “serio” como el que te impone la universidad, se dan estos espacios en que uno conoce otra faceta de las personas que tiene al lado. Ciertas personas entran en más confianza y se mueven más y libremente, como si la sociedad las obligara a guardarse a sí mismas actitudes que son reprimidas en su interior; otras, por el otro lado, se comportan igual de retraídas, silenciosas y serias. Pero esa es la idea de estar en la Chile y, por sobre todo, estar en Terapia Ocupacional: el respetar las ideas y comportamientos de los demás.
Luego la profesora preguntó: ¿Quién no se quiere mover, andaba enfermo o adolorido por la vacuna (que anteriormente nos habían inyectado)? Y aquellos compañeros que respondieron “YO” fueron llevados al exterior de la sala donde la profe les indicó que debían coordinar con instrumentos de percusión un agradable mix musical.

Por otro lado, otros compañeros fueron llevados con sus máscaras a ensayar una improvisación teatral basada en estas mismas.

Y nosotros, los más hiperactivos, nos quedamos en la sala donde la profesora Erna Navarrete nos pidió que improvisáramos baile. Este consistía en salir junto a otro compañero, hacer cualquier movimiento y luego juntarnos, tocarnos y quedarnos inmóviles hasta que otra pareja nos tocara, nos moveríamos todos juntos y, posteriormente, nos juntaríamos las dos parejas inmóviles hasta que otro par de compañeros llegara a tocarnos para movernos. Y así sucesivamente hasta que estuviésemos todos metidos en el baile.


El baile en especial fue algo demasiado entretenido, nos dejó exhaustos. Por esta razón, la profesora les pidió a nuestros compañeros que tocaran ritmos para darnos un momento de relajación.




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